
El viernes veinticinco lo demostró en el palau d’esports de Badalona, concierto lleno de rabia acompañado por los The Bad Seeds, con un genial Warren Ellis al frente.
El concierto duró casi dos horas y no dio descanso en ningún momento… solo se permitió un par de baladas, entre ellas “Into my arms”… el resto puro músculo y combinación de canciones nuevas y clásicos suyos.
Un demostración de que Nick Cave aun no está acabado… un demostración de que Cave sigue cargando excelentemente su pistola antes de disparar… y de que sabe tanto por viejo como por diablo.
A sus cincuenta años Cave destiló fuerza, entrega, ganas de agradar… ganas de ponerse a un publico dentro del bolsillo como si de un niño se tratara… lo logró… los cinco mil asistentes al concierto, casi seguro que salieron eufóricos.
Los que no fueron, sea por el motivo que sea, este verano lo podrán volver a ver, esta vez con Grinderman… su otra formación.
Muy buen concierto… solo falló un poco el sonido, pero en el palau d’esports de Badalona no se puede pedir más.