Pocos lo logran, algunos declinan en el intento, y muchos son meros mercenarios que demuestran que saben saltar y vociferar encima de un escenario.
Entre aquellos que lo logran… muy pocos… la mayoría no llegan a ser reconocidos por su trabajo, es más, a apenas se sabe de ellos y, lo más importante… de lo que han realizado durante su trayecto por la historia.
A menudo es imposible encontrarlos en tiendas… de sus conciertos se sabe una vez pasados… y de su vida nada se sabe, un día aparecen muertos y al cabo de un tiempo se da cuenta la gente de que se ha ido un grande.
Que triste es el negocio… solo dinero… macroconciertos… play back… y lo más triste la gente, sin duda.
Armando todo esto en lugar de vibrar con la música… de hacer que su alma se llene de la melodía de esos pocos que logran, en silencio, hacer de su creatividad el éxtasis.
La lastima es que al final todo, lo sensible y lo infernal, va al mismo lugar… al hoyo negro.
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