domingo, 22 de febrero de 2009

Recuerdos.

Los recuerdos están varados en nuestras mentes… reminiscencias de cuando teníamos esa edad que ya ni recordamos… buenos recuerdos… malos recuerdos… recuerdos que creemos olvidados… todos están allí.

Todos ellos perduran en un rincón de nuestra cabeza… allí están. Parados… inmóviles… quietos… detenidos… inanimados… dormidos… paralizados… profundamente olvidados… tolerantemente esperando.

Esperando un estímulo que los arranque de su letargo… esperando ser desatascados de esa profundidad de nuestro cerebro… esperando poder reavivarse de nuevo… esperando volver... a salir del brote… a crecer sin parar… a realizarse fugazmente.

Cuando el espoleo necesario fluye en nosotros, entra dentro de nuestro mundo. Nuestra mente renace… nuestro cuerpo olvida los años que han ido pasando por delante de sus cansados ojos y siente revivir esa juventud olvidada…esa edad pernoctada en nuestra mente durante un tiempo… a veces poco, otras veces mucho… pero nunca demasiado para no revivir el momento con intensidad.

Con el destello sale el recuerdo, como un torbellino irradia nuestros ojos y... de repente recordamos.

Recordamos viejos amigos, sentimos nuevas sensaciones… recordamos tiempos pasados, apreciamos nuevos estremecimientos… recordamos nuestra vida, desatamos nuestros sentidos… recordamos lo que fue nuestra persona, apreciamos lo que somos ahora.

Recordamos todo como si estuviésemos allí de nuevo.

Cansados de recordar… fatigada nuestra mente. Todo vuelve a su cauce normal. Nuestra existencia sigue… el recuerdo persiste en nuestra cabeza… pero vuelve a anclarse en su lugar y retorna al olvido.

Nosotros seguimos avanzando por el camino de la vida… acumulando recuerdos. Llenando nuestra cabeza de experiencias… recordando detalles insignificantes del momento… detalles que en un futuro ejercerán de fuego para prender la llama del recuerdo.

Detalles desnudos y impávidos como una palabra… una frase… un gesto… un signo… un lugar… una señal.

Detalles apasionados… un beso… una sonrisa… una persona… una mirada... una caricia y como no…

… una canción.

1 comentario:

Sandra dijo...

En mi habitación...
14 añitos...sentada frente al equipo de musica... a la luz de una vela... dejandome llevar por la melodia que dibujan las notas del piano... queriendo dar forma a mis sentimientos... empezando a sentir que crecía... a la vez que me invadia la belleza a traves de los sentidos...
... coloreando mi adolescencia de delicadas y profundas sensaciones....

Besos.